viernes, 13 de febrero de 2009

Esa terrible Banda Oriental

Los futbolistas uruguayos no han pasado inadvertidos por los planteles de Platense a lo largo de la historia. Dos de ellos tienen un récord llamativo que vale la pena destacar, pero otros también tienen tristes records que valen la pena olvidar. Pero como somos masoquistas, los recordaremos igual.

Julio Cesar Berrueta
Centrodelantero uruguayo que jugó desde 1961 hasta 1963. Con sus ocho (8) goles convertidos, tiene el récord de ser el goleador máximo entre todos los extranjeros en el calamar a lo largo de la historia.

Eliseo Rivero
Este defensor charrúa es el único jugador que vino a Platense exactamente después de disputarse un mundial.
Tenía todas las características típicas de un marcador de punta de ese país: duro, luchador, corredor y metedor, aunque con muy poco fútbol.Eliseo venía de jugar para la Celeste el mundial que Argentina ganaría en tierras mexicanas en 1986. Se desconocen los motivos por los cuales los emisarios calamares le "echaron" el ojo a este muchacho, ya que su actuación no fue la mejor en el mundial. Pero esto casi siempre pasa a un segundo plano en el Calamar, esto de saber por qué se trae a ciertos jugadores.Arribaría a Platense ni bien terminado el certamen mundial y su actuación sería igual que en el campeonato de México: muy mala. Además, su carácter no era el mejor y debido a los malos resultados y actuaciones su despedida del Calamar fue con mucha pena y poca –nula- gloria. Disputó 29 partidos en el recordado torneo 86/87 en donde el Marrón salvaría la categoría en una final contra Temperley en Huracán, ganando 2 a 0. Claro que para esa época Eliseo había dejado de ser jugador calamar y su lugar sería ocupado por Aponte. Pueden encontrarlo en cualquier compacto de Uruguay 1 – Dinamarca 6 de 1986, ya que Eliseo va a buscar permanentemente la pelota a la red, luego de ser bailado por el dinamarqués Laudrup.

Uriel Perez
Este carilindo (?) centrodelantero nació un 28 de febrero de 1976 en Montevideo. Dio sus primeros pasos en el fútbol profesional allá por 1993 en el Huracán Buceo, club en el cual tuvo diversas etapas a lo largo de los años.
Finalmente, en el año 2002 recayó en Belgrano de Córdoba y, de ahí en más, empezaría su derrotero (baldosero) por nuestro país. San Martín de San Juan, Nueva Chicago y Almagro engrosaron su currículum hasta que algún iluminado directivo calamar le echó el ojo.
Fue así que para el Clausura 2007 recibió un ofrecimiento económico muy tentador para venir a Vicente López, donde ganaría casi cinco veces más que en José Ingenieros –club en el cual tuvo un excelente promedio de 2 goles en seis meses-.
Debutó en aquel partido frente a San Martín de Tucumán en “La Ciudadela” con un tanto obra de (el arquero Lavallén) la suerte y un rebote. Luego tuvo su tarde soñada ante uno de sus ex clubes, San Martín de San Juan, donde para muchos fue la figura y hasta convirtió su segundo –y último gol- en Platense.
Luego su nivel decayó –al igual que su físico-, al mismo tiempo que su barriga iba creciendo, hasta ir quedando en el ostracismo y el olvido de los técnicos que arribaron más tarde.
Su ficha técnica indicaba una altura de 1,80 m y un peso –no comprobado- de 79 kg. Pero en un recuento total de su extensa e interminable carrera sobresalían los 239 partidos y 61 goles, con un sólido (?) 0,26 de promedio de gol por encuentro. En su CV no figuraban sus actitudes afuera de la cancha, donde alguna vez se lo vio con lágrimas en sus ojos tras una leve crítica periodística.
Tras irse de Platense por la puerta chica de mantenimiento pegada a la tribuna Goyeneche, recaló en Defensores de Belgrano, en el lugar justo y el momento justo: poco tiempo antes de que el local bailable que poseía el club de la calle Libertador sobre una de sus cabeceras cerrara.



"En el entretiempo sale un vacipán"

Rafael Tabárez Hernández
De entrada, pintaba bien. Y eso que nadie lo había visto jugar ni un solo partido amistoso. Es que sus casi dos metros de altura, sumados a su tez negra y mirada explosiva hacían ilusionar con un defensor central recio y que tuviera la principal característica que tienen los futbolistas del país vecino: la garra.
Y quizás Rafael Tabárez tenía todo eso, pero sólo le faltaba un pequeño detalle: saber cómo se juega al fútbol y qué es ese artefacto circular por el cual veintidós personas se pelean, corren y se raspan.
Fue así que el “Negro”, en pocos partidos, se ganó a las tribunas del Ciudad de Vicente López. Pero no se las ganó para que corearan su nombre, sino para que le rogaran de manera casi desesperada al técnico de turno que sacara al “2” del equipo, que no tenía ni la más pálida idea de lo que era esta justa deportiva de once contra once.
Sus cuatro partidos con la marrón y blanca bastaron para que sea desafectado inmediatamente y a fines de 2008 regresara a su Uruguay natal, donde sería recibido nuevamente y arrollado en los brazos (?) de Alejandro Nannini, directivo del Durazno Fútbol Club que lo había recomendado a sus pares del Calamar.

"¡Ahh, fútbol decís vos!" (?)


Leonel Eduardo Pilipauskas
Es el último futbolista uruguayo que arribó a Platense, para esta segunda etapa de la temporada 2008/2009. Nacido un 18 de mayo de 1975 en Montevideo, llega tras un paso por el Fénix de su país.
Este charrúa de apellido difícil para los relatores y de ascendencia griega llega para reforzar la débil última línea calamar ya con un pasado en el fútbol argentino más que conocido para unos cuantos, en especial por su paso por Instituto de Córdoba hace sólo un par de años atrás.
Marcador de punta o defensor central duro, aguerrido y de pocas pulgas a la hora de salir jugando (?), ilusiona a la masa calamar con hacer una buena dupla en el fondo junto a Pablo Nieva –otro de los nuevos- y hacerse patrón de un equipo lleno de juveniles.
En la semana previa al debut, arrastró molestias físicas y todavía está en duda para jugar ante el “Cervecero”. Pero si no llegara a este partido, el uruguayo seguramente estará en el vestuario, arengando a sus compañeros al grito “los de afuera son de Quilmes” (?).



"Qué saca' foto' vo'?" (?)

Bonus track
Ismael Sandor Espiga
Este intrascendente delantero charrúa, proveniente del poderoso Miramar Misiones, estuvo en Platense a principios de la actual temporada 2008/2009 y tuvo un paso fugaz y casi fantasmagórico, a tal punto de que algunas personas aseguran que nunca existió (?).
El equipo de Javier Baena estaba en plena conformación y se buscaba un delantero de experiencia que pudiera pelearle el puesto al flamante juvenil proveniente de Vélez Garfield (?) Damián Casalinuovo.
Pero su etapa en el Calamar fue más que breve: sólo dos amistosos y un puñado de entrenamientos. Es que, aparentemente, los directivos a cargo de formar ese plantel se quitaron las vendas de los ojos por un momento y observaron la performance del calvo número nueve ante Boca Unidos de Corrientes y el River Plate de D.P.S.
Al ver a una persona que tenía la misma camiseta que los otros diez jugadores de Platense, pero que a diferencia de ellos casi no se movía y no encontraba el balón, se dieron cuenta de que no funcionaría como atacante del conjunto del “Bocha”.

4 comentarios:

  1. Muchas gracias muchachos.

    Otra excusa para que el laburo tarde un poco, con esta linda forma de vida llamada Platense.

    Qué dios les de posteos eternos (y un gran torneo)

    abzos

    pesca.

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  2. ah una cosita q me olvide.

    recuerden q me parece q el record de berrueta lo quebro el paragua acosta cabrera.

    claro q el haber vivido aca entre la mayonesa y la savora de coto es como que le quitan un poco el mote de extranjero

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  3. el juani es correntino.
    o cordobès.

    que no joda màs con eso de que es paraguayo porque a martino no creo que le importe.

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  4. No lale, "Juani" (apodo de puto) es paraguayo.
    Lo dijo el mismo.

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